El ITIL (siglas en inglés de Biblioteca de Infraestructura de Tecnologías de Información) no es algo nuevo, pero está cobrando gran relevancia en los últimos tiempos. De hecho, cualquier profesional del mundo TIC ya ha oído hablar de ella y hoy os vamos a descubrir todos sus secretos.
Un poco de historia de ITIL
ITIL es, esencialmente, una biblioteca de nociones y buenas prácticas que se emplean para la gestión de servicios de tecnologías de la información. Y, también, se utiliza en la implementación de los propios servicios TIC y de cualquiera de sus operaciones relacionadas.
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Esta biblioteca maneja y ofrece gran cantidad de información que ayuda a las empresas a mejorar la eficiencia de sus sistemas TIC. Por eso resulta tan valiosa.
Junto a eso, ITIL se ha desarrollado de una forma totalmente independiente. Por lo que resulta aplicable a cualquier empresa del mundo TIC y se puede utilizar como una guía de estudio de toda la infraestructura, desarrollo y operaciones de tecnologías de la información.
Teniendo todo esto en cuenta, resulta más que evidente que ITIL puede convertirse en un recurso extremadamente útil a nivel empresarial.
Como cualquier proceso ITIL ha ido evolucionando con el tiempo. Su desarrollo data de los años 1980, pero no empezó a implementarse hasta 1990. Y desde entonces su adopción no ha hecho más que crecer. Con la adhesión a estándares, como es el ISO/IEC 2000, o con su actualización a través de nuevas versiones, que actualmente se encuentra en V4.
¿Cómo se implementa ITIL?
Para simplificar su ejecución, ITIL estructura la gestión de los servicios TIC en base al ciclo de vida de los servicios. Ya que, debido a su concepto generalista, permite ofrecer una versión global de todo el proceso desde su diseño hasta su abandono.
Estrategia
Abarca el estudio previo, investigando sobre el mercado y buscando las diferentes posibilidades a implementar teniendo en cuenta las últimas tecnologías accesibles. También se tienen en consideración cualquier tipo de mejora que se puede implementar de procesos y sistemas ya en uso. Y se revisan contratos y ofertas de proveedores y distribuidores para conocer el estado real de la organización.
Diseño
Con todas las conclusiones que se extraen de la fase de estrategia se puede comenzar a diseñar la viabilidad de las implementaciones que se consideran. Se estudian las infraestructuras, las capacidades de la plantilla, la seguridad y los planes de contingencia, la propia estructura organizativa y todos los sistemas informáticos y software de la compañía.
Transición
Por muy bien planificado que se encuentre todo durante la estrategia y el diseño la fase de transición resulta crucial. Ya que permite realizar escenarios de testeo aplicando toda la información recabada.
Es la mejor forma de conocer si todo lo desarrollado hasta el momento cumple las expectativas, funciona tal y como se esperaba, puede mejorar o si es necesario volver a evaluar todo el proceso.
Operación
En el momento en el que las pruebas ya proporcionan resultados acordes a los objetivos llega la hora de implementar el cambio. La fase más más delicada de todas.
Suele realizarse de forma paulatina, midiendo y registrando todo tipo de incidencias y problemas a lo largo del camino.
Mejora continua
Como cualquier otro tipo de proceso ITIL no se concibe como estanco. Evoluciona constante y conjuntamente con las organizaciones. Por lo que la monitorización continuada y el feedback son elementos clave.
Creando valor en los sistemas de gestión TIC con ITIL
ITIL ya crea valor en sí mismo para los sistemas de gestión TIC. Sin embargo, el verdadero valor proviene del cambio que genera. Un cambio enfocado a la mejorar de la productividad y la eficiencia tanto de los sistemas como de los procesos en la compañía.
Y este valor va creciendo conforme la implementación evoluciona y se adapta a las necesidades de la compañía. Alimentándose de esa simbiosis de ambas tan importante para este proceso.
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